Los de Ventas piden una y otra vez a los de Marketing que les proporcionen contactos, que les ofrezcan pistas de potenciales clientes a los que visitar. Cuando los reciben, se quejan de la poca calidad de dichos contactos:
“Estos contactos no valen para nada.”
“Nos dan clientes potenciales que no van a comprar nunca.”
“Visitar a esos clientes es perder el tiempo.”
Etc
Los de Marketing reaccionan echando la culpa a la poca eficacia con que actúan los Vendedores:
“Son incapaces de cerrar una venta.”
“Se dedican a visitar, sin intentar vender.”
“No siguen las pautas que les damos para vender nuestra oferta.”
Etc
¿Adónde lleva esta disputa?
A cualquier sitio menos al éxito.
Sin embargo, para que una empresa venda hoy en día es necesario que Marketing y Ventas trabajen codo con codo a lo largo de todo el proceso de ventas.
Los clientes evalúan las ofertas en función de lo que los Vendedores les dicen, y de lo que descubren y sienten acerca de éstas en la Web y en las redes sociales.
Mantener la separación entre Marketing y Ventas equivale a salir a vender desde una situación de inferioridad frente a otros competidores para los que dicha separación no existe.